lunes, 14 de junio de 2010

La Guerra del Pacífico VIII: Midway (I), el planteamiento

Junio de 1942. Siete meses después del inicio de la guerra.

Para Japón la importancia de tomar Midway estaba clara: Avanzaría su línea de contención estratégica y pondría a su alcance las islas Hawai, que quedaría como la última base americana en el pacífico central. Precisamente por la importancia de Midway era previsible que los americanos comprometieran su flota para defenderla, lo cual daría a los japoneses la oportunidad de destruir a los portaaviones americanos de una vez por todas.

Para esta operación enviaron una gran flota de 4 portaaviones escoltada por acorazados, cruceros y destructores. Una pantalla de submarinos se estacionó a mitad de camino entre Midway y Hawai con el objetivo de hacer de "campo de minas" ante el avance de la flota enemiga y también para dar la voz de alarma en cuanto la detectaran.

El plan consistía en arrasar por sorpresa el aeropuerto de Midway, desembarcar tropas y atacar a los portaaviones americanos en cuando se presentaran. Nada podía salir mal. ¿Oh sí?

Resulta que las guerras no sólo se ganan sumando el número de tropas, barcos y aviones, por eso los americanos dedicaron muchos recursos a otras cuestiones como, por ejemplo, la electrónica y la inteligencia militar. Para la fecha del ataque a Midway ya habían conseguido romper los códigos japoneses e interceptaban sus transmisiones. De ese modo supieron de antemano donde y cuando iban a ser el golpeados y, en consecuencia, su flota partió de Hawai pero, en lugar de avanzar en línea recta y cruzar la pantalla de submarinos, se dirigió primero al norte y luego al oeste. Una vez al norte de la islas Midway quedó a la espera de que la flota japonesa apareciera.

                            Encuentro en Midway

Esta anunció su llegada con un fuerte bombardeo al aeropuerto de Midway, aunque no logró inutilizarlo del todo y pudo responder con numerosos ataques aéreos contra la flota nipona. Como sólo disponía más que de unos pocos aparatos antiguos, no fueron efectivos, pero lograron inquietar al mando japonés que pasó a considerar la necesidad de un segundo ataque contra el aeropuerto.

El almirante Nagumo dudaba al respecto, ya que enviar de nuevo sus aviones conrta la base le dejaría indefenso ante la posible aparición de flota americana. Decidió que lo mejor era no atacar hasta que sus aviones de reconocimiento inspeccionaran los alrededores. Tal y como sabemos sus temores eran fundados, porque la flota americana sí que estaba allí, oculta y al acecho.


Midway, donde dos potencias mundiales arriesgaron sus flotas por unos islotes.

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