domingo, 17 de mayo de 2015

La guerra del Pacífico XV: La batalla del golfo de Leyte (Preparativos)

Los norteamericanos decidieron que había llegado el momento de tomar alguna isla del mar de China para contar con una gran base cerca de Japón para tenerlo al alcance de sus bombarderos, cortarle el flujo de materias primas, sobre todo de petróleo y, además, aislar de la metrópoli a las tropas japonesas que se hallaran al sur de la isla elegida.

El lugar escgido por la US Navy fue Formosa, que con respecto a las Filipinas presentaba varias ventajas: Era una sola isla y con menos terreno que conquistar, se encontraba más cerca de Japón y permitía aislar a la propia guarnición de Filipinas. Pero el responsable de las fuerzas terrestres era McArthur, el mismo que había defendido el archipiélago hacía dos años y que dijo aquello de "me voy, pero volveré"; como no estaba dispuesto a quedar como un bocazas, presionó para que las Filipinas fuesen el objetivo de la ofensiva y finalmente lo consiguió. Su mayor argumento para convencer al presidente para que escogiera ese archipiélago fue el importante efecto moral que tendría en el pueblo americano. Tambien se dice que amagó con dimitir y presentarse a las próximas elecciones contra él.

Conferencia para acordar el lugar del desembarco. El de la pajarita es el presidente Roosvelt. El que se peina de lado para ocultar la calva es Mc Arthur.

Los japoneses ya se lo veían venir, así que tenían un plan preparado de antemano para el caso de que las filipinas fuesen invadidas: Primero dejarían desembarcar a los americanos. Después, y teniendo en cuenta que su aviación naval había sido aniquilada en la batalla de las Marianas, sus portaaviones vacíos servirían como cebo para alejar hacia el norte a la flota de combate americana. Una vez conseguido esto, los barcos de superficie nipones avanzarían desde el sur, divididos en tres grupos que  convergerían hacia el punto de desembarco. Toda la aviación terrestre disponible les daría cobertura desde las bases de las Filipinas.

Una vez alcanzado el objetivo, hundirían a cañonazos a todos los transportes, barcos de suministro y buques de escolta que se encontrasen, dejando sin abastecimiento a las tropas de tierra que hubieran desembarcado y que no tendrían otro remedio que rendirse o reembarcar como pudieran.  Después de semejante descalabro los Estados Unidos se avendrían a firmar la paz con Japón, o al menos eso era lo que ellos pensaban.

Dicho otras palabras, el plan trataba de usar un conejo para alejar a los perros pastores y que así los lobos pudiesen atacar a las ovejas (o sea, los transportes).

El esperado desembarco se produjo el 22 de octubre de 1944 en la isla de Leyte y ese mismo día zarpó la flota de señuelo al mando de Osawa, y las tres de ataque: La de Kurita, la de Nishimura y la de Shima. Al día siguiente comenzaría la mayor batalla naval de la historia en cuanto al tonelaje de barcos implicados y hundidos.

              La flota de Kurita navega rumbo a Leyte.