jueves, 16 de abril de 2015

La guerra del pacífico XIV: Tiro al pato en las Marianas


Junio de 1944

Los japoneses se han preparado para una batalla decisiva. Saben que el próximo ataque americano será en las Marianas, así que acumulan en las islas unos 300 aviones y alistan una flota con otros 450; en  ella, nueve portaaviones son escoltados por cinco acorazados y diecinueve cruceros, desde luego, una fuerza considerable. La trampa estaba cebada.

El 11 de Junio la flota norteamericana  anunció su llegada al archipiélago con un bombardeo aéreo masivo de los aeropuertos. La mayoría de ellos quedaron inutilizados y unos ciento cincuenta aviones fueron destruidos en tierra. De esa forma una parte del plan había sido desarticulada, aunque todavía se podía contar con la aviación de los portaaviones.

Los americanos detectaron a los barcos japoneses con antelación, pero el alcance de su aviación era menor y ello permitió que los nipones atacaran primero. Lanzaron 324 aviones en cuatro oleadas y todo parecía indicar que iban a conseguir su objetivo de castigar severamente a la flota enemiga.

Un avión japones es derribado mientras atacaba a la flota americana.

Es el momento de volver a mencionar que las batallas no se ganan sólo contando números. Eran 324 aviones, pero mientras que los norteamericanos disponían de un sistema de entrenamiento de pilotos que duraba dos años, los japoneses no daban abasto para reponer las pérdidas y despachaban a sus aviadores con apenas cuarenta horas de vuelo. Eran 324 aviones, sí, pero mientras que unos habían desarrollado nuevos aparatos, tácticas y armamento, los otros seguían con lo mismo con lo que habían empezado la guerra. 

¿Que efectividad tiene un aparato anticuado pilotado por un hombre que apenas sabe despegar y aterrizar? Bien poca.

De una oleada fueron derribados 97 de los 129 aviones. De otra 42 de 69. Una sola escuadrilla sufrió 17 bajas de 18 apartatis. Y todo ello sin conseguir alcanzar ni a un solo barco americano. Fue por eso que los pilotos de las barras y estrellas bautizaron aquel enfrentamiento como el "Tiro al pato en las Marianas" (En el inglés original, "tiro al pavo").

Fue el momento de la respuesta americana. Lanzaron 215 aparatos y sólo hundieron  un portaaviones, pero en su caso regresaron casi todos. Los submarinos se apuntaron otros dos portaaviones y los japoneses se retiraron agradeciendo su suerte por no haber sufrido mayores pérdidas después de haberse quedado sin aviación. 

 El portaaviones japonés Zhuikaku bajo el ataque americano.

Se había puesto en evidencia que el arma aérea japonesa ahora era prácticamente inútil. En consecuencia, el almirantazgo se dispuso a planear una nueva trampa, esta vez buscando una batalla a cañonazos, a la buena y antigua usanza.

sábado, 4 de abril de 2015

La guerra del Pacífico XIII: Después de Guadalcanal.



 La campaña de Guadalcanal había durado seis meses y acabó siendo una batalla de desgaste naval: Japón acabó perdiendo treinta y dos navíos y los americanos veintinueve, aunque, si tenemos en cuenta sólo los barcos importantes, las pérdidas de Estados Unidos fueron algo peores.

Este "empate técnico" no fue tal, pues los americanos podían permitirse esas pérdidas y los japoneses no. De hecho, la industria estadounidense comenzaba a botar los barcos que  habían empezado a construir un año antes, al iniciarse la guerra.

Ambos bandos también perdieron centenares de aviones y, lo que era peor para Japón, pilotos experimentados que no pudo reemplazar. 

En cuanto a tropas de tierra, Japón había sufrido muchas más bajas y se vio obligado mantener un flujo constante de refuerzos que provenían de otros frentes. En consecuencia,  dichos sectores quedaron debilitados y los aliados pudieron avanzar en ellos. 

A nivel estratégico Japón perdió la iniciativa en el mar. De trazar planes para conquistar nuevas islas pasó a perderlas. Es más, el "anillo defensivo" en el que pretendíam a resistir hasta que los americanos se avinieran a firmar la paz, había saltado por los aires. 

Marzo de 1943

Durante el resto de 1943, los Estados unidos se dedicaron a conquistar el resto de las islas Salomón y Nueva Guinea. Luego avanzaron isla tras isla para bloquear las base japonesa más importante de la zona, Rabaul, en vez de intentar de asaltarla. La flota japonesa no hizo acto de presencia.

          Soldados americanos  en la isla de Nueva Georgia.

Noviembre de 1943

Los americanos inician la conquista de ciertas islas de los archipiélagos Gilbert y Marshall. Cada vez que tomaban una, la zona  que cubría su aviación se ampliaba y las bases japonesas cercanas quedaban inhabilitadas por sufrír ataques aéreos constantes y porque ningún barco podía arriesgarse a llevar suministros. Sus guarniciones quedaron condenadas a la inanición hasta el final de la guerra.
 
Febrero de 1944

Un año después de Guadalcanal los americanos ya fueron capaces de formar una flota de ocho portaaviones. Con ella lanzaron un ataque contra Truk, la base japonesa más importante del pacífico central, y lograron destruir 270 aviones, 3 cruceros, 4 destructores y 32 mercantes. Fue su revancha por Pearl Harbour.

         Un mercante sufre un impacto de torpedo en Truk.

Y mientras los norteamericanos lanzaban su Pearl Harbour a la inversa, los japoneses preparaban un Midway a la inversa: Atraer a la flota enemiga a una trampa y lanzar todo lo que tuvieran contra ella. De esa forma esparaban reequlibrar la balanza de fuerzas.