miércoles, 18 de marzo de 2015

La Guerra del Pacífico X: Guadalcanal (I).



Agosto de 1942.

Dejando de lado su reciente fiasco en el Pacífico Central, los japoneses siguieron consolidando sus posiciones en indonesia. Una de sus tareas para ese verano fue la construcción de un gran aeropuerto en la isla de Guadalcanal, desde donde podrían controlar el espacio aéreo alrededor del archipiélago de las Salomón.

Acostumbrados a llevar siempre la voz cantante, no se esperaban un contraataque estadounidense, pero es lo que sucedió. Una división de marines desembarcó por sorpresa en Guadalcanal, puso en fuga a los operarios y les dijeron a los japoneses "Gracias por todo ese trabajo, chicos. No os preocupéis, a partir de ahora nos encargamos nosotros". 

              Desembarco de los marines en Guadalcanal.

La respuesta nipona no se hizo esperar. Al día siguiente la flota de desembarco sufrió varios ataques aéreos y, al caer la noche, se presentó una flotilla de cruceros que en la llamada batalla de la isla de Savo envió al fondo del mar cuatro cruceros americanos. Visto lo visto, almirante Fletcher decidió retirarse y los marines quedaron a su suerte alrededor de la recién bautizada base de Henderson Field.
A pesar de las dificultades y la falta de suministros, los marines tardaron sólo diez días en poner en funcionamiento el aeropuerto. Además, realizaron varias incursiones en los alrededores para ampliar el perímetro defensivo y diezmar al enemigo. 

Hasta aquel momento los japoneses sólo contaban en la isla con la guarnición original del aeropuerto y algunos refuerzos esporádicos que les fueron llegando, pero con el desembarco de un regimiento entero lanzaron un contraataque de inmediato. De todos modos, su táctica de cargar gritando "banzai" puede que fuera efectiva contra las tropas coloniales mal entrenadas que habían encontrado hasta entonces, desde luego que no lo fue contra unos marines profesionales y bien atrincherados. En la llamada batalla del Tenaru cayeron casi todos los atacantes sin apenas causar bajas a los americanos.

Las flotas de ambos bandos quedaron comprometidas en dar covertura a los transportes de suministros y refuerzos para una batalla terrestre que se prolongaría durante meses. 

                              Acarreando suministros.


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