sábado, 28 de marzo de 2015

La guerra del pacífico XII: Guadalcanal (III)



Noviembre de 1942.

Japón sigue enviando refuerzos y planea lanzar otro ataque contra Henderson Field (Sí, otro más). Para transportar las tropas que necesitan se plantean volver al sistema de convoys y, para gararantizar su seguridad, consideran necesario volver a cañonear el aeropuerto.

Una flota es enviada para esta misión pero es interceptada por los americanos. En el combate posterior los estadounidenses son severamente derrotados, pero los japoneses han de darse la vuelta sin haber conseguido su objetivo. Otra flotilla más pequeña sí lo consigue, pero es demasiado débil como para causar daños de importancia.

   Un acorazado norteamericano dispara a la flota japonesa.


No obstante, confiados en que el aeropuerto habría sido neutralizado, un convoy de tropas se puso en marcha hacia la isla y, en cuanto amaneció, la aviación americana les dio un duro castigo hundiendo un crucero y siete transportes con tropas.

A la noche siguiente tuvo lugar un nuevo intento de bombardear de Henderson Field, con la consiguiente intercepción americana y batalla naval nocturna. Esta vez los japoneses se retiraron después de haber perdido otro crucero.

Así que durante el día los japoneses siguieron perdiendo transportes de tropas por los ataques de la aviación. Al final, perdieron tantos soldados de ese forma que el ataque previsto contra Henderson Field tuvo que ser cancelado.

Antes de acabar el mes tuvo lugar  otra batalla naval en la zona: un grupo de destructores japoneses con suministros fue interceptado por una flota americana. Se las arreglaron para escapar casi todos y además hundir a un crucero y dañar a otros dos. Pero no consiguen entregar los suministros.


Diciembre de 1942.
La flota americana ya controla la zona y  apenas consiguen transportes japoneses a la isla. Sus tropas pasan hambre.

Los Estados Unidos lazan una ofensiva terrestre para acabar de dominar la isla. Los japoneses se atrincheran.

Nota: Se cumple un año del inicio de la guerra.

                        Tropas americanas avanzando.

Enero de 1943.
Los japoneses son desalojados de sus principales posiciones defensivas en Guadalcanal.

Febrero de 1943.
Los supervivientes nipones evacúan la isla en los transportes del Tokio Express.


domingo, 22 de marzo de 2015

La guerra del pacífico XI: Guadalcanal (II).



Mencioné en el post anterior que esta iba a ser una campaña larga y repleta de acciones navales, así que hará falta un poco de paciencia para verlo todo.

Finales de agosto 1942.

Los japoneses organizan un convoy para llevar refuerzos a la isla y lo apoyan con una flota de portaaviones. Los americanos envían los suyos para interceptarlos y en la batalla subsiguiente la flota imperial pierde un portaaviones, un crucero, un destructor y un transporte de tropas, y a cambio sólo dañan a un portaaviones norteamericano. El convoy ha de dar media vuelta.

Hay que tener en cuenta que en cualquier batalla naval que se diera en los alrededores los Estadounidenses contaban con una gran ventaja: El aeropuerto estaba en sus manos, lo que equivalía a tener un portaaviones permanente e insumergible.

A partir de entonces los nipones enviaron casi siempre  sus refuerzos y suministros a través de transportes rápidos y destructores. De esa forma podían llegar de noche, descargar todo lo necesario y alejarse lo necesario antes de que amaneciese para que los aviones enemigos no pudieran atacarles. Este sistema fue bautizado por los aliados como Tokio Express.

Septiembre de 1942.
Cuando los japoneses consiguen reunir en la isla efectivos equivalentes a una brigada (3000 hombres), lanzan otro ataque contra la base americana, de nuevo con asaltos frontales nocturnos y de nuevo con idénticos resultados: perecen casi todos sin lograr nada.

En la guerra naval un portaaviones de los Estados Unidos es hundido por un submarino japonés cuando daba cobertura a un convoy de refuerzos.

          El portaaviones Wasp tras ser torpedeado.

Octubre de 1942.
Los marines amplían su perímetro defensivo tras desalojar a los nipones del río Matanikau.

Los japoneses envían una flota para bombardear de noche la base de Henderson field, pero son interceptados y pierden un crucero y varios destructores a cambio de un solo destructor estadounidense.

Días más tarde mandan otra expedición a intentarlo y esta sí consigue el objetivo. Sus acorazados y cruceros bombardean la base durante más de una hora y le provocan graves daños. No obstante, los marines se las ingenian para tener el aeropuerto operativo a las pocas horas.

A finales de mes los japoneses consideraron que ya habían reunido suficientes tropas como para intentar otro asalto a Henderson Field. Esta vez con efectivos equivalentes a una división, efectuan unos ataques frontales nocturnos que terminan como siempre: Pierden más de dos mil soldados sin apenas causar bajas entre los marines. 

Coincidiendo con la ofensiva terrestre, los nipones lanzan una flota a intentar neutralizar a los barcos americanos que se encuentran en la zona. La consecuencia fue que Japón acabó con tres de sus  portaaviones dañados (más un crucero hundido) y a cambio los Estados Unidos perdieron un portaaviones y otro resultó dañado.

Y todavía faltan tres meses de campaña


Un avión japonés ha dejado caer un torpedo que impactará en el portaaviones Honet.
   

miércoles, 18 de marzo de 2015

La Guerra del Pacífico X: Guadalcanal (I).



Agosto de 1942.

Dejando de lado su reciente fiasco en el Pacífico Central, los japoneses siguieron consolidando sus posiciones en indonesia. Una de sus tareas para ese verano fue la construcción de un gran aeropuerto en la isla de Guadalcanal, desde donde podrían controlar el espacio aéreo alrededor del archipiélago de las Salomón.

Acostumbrados a llevar siempre la voz cantante, no se esperaban un contraataque estadounidense, pero es lo que sucedió. Una división de marines desembarcó por sorpresa en Guadalcanal, puso en fuga a los operarios y les dijeron a los japoneses "Gracias por todo ese trabajo, chicos. No os preocupéis, a partir de ahora nos encargamos nosotros". 

              Desembarco de los marines en Guadalcanal.

La respuesta nipona no se hizo esperar. Al día siguiente la flota de desembarco sufrió varios ataques aéreos y, al caer la noche, se presentó una flotilla de cruceros que en la llamada batalla de la isla de Savo envió al fondo del mar cuatro cruceros americanos. Visto lo visto, almirante Fletcher decidió retirarse y los marines quedaron a su suerte alrededor de la recién bautizada base de Henderson Field.
A pesar de las dificultades y la falta de suministros, los marines tardaron sólo diez días en poner en funcionamiento el aeropuerto. Además, realizaron varias incursiones en los alrededores para ampliar el perímetro defensivo y diezmar al enemigo. 

Hasta aquel momento los japoneses sólo contaban en la isla con la guarnición original del aeropuerto y algunos refuerzos esporádicos que les fueron llegando, pero con el desembarco de un regimiento entero lanzaron un contraataque de inmediato. De todos modos, su táctica de cargar gritando "banzai" puede que fuera efectiva contra las tropas coloniales mal entrenadas que habían encontrado hasta entonces, desde luego que no lo fue contra unos marines profesionales y bien atrincherados. En la llamada batalla del Tenaru cayeron casi todos los atacantes sin apenas causar bajas a los americanos.

Las flotas de ambos bandos quedaron comprometidas en dar covertura a los transportes de suministros y refuerzos para una batalla terrestre que se prolongaría durante meses. 

                              Acarreando suministros.


domingo, 8 de marzo de 2015

Guerra de bandas

Cansado de escuchar a los músicos sudistas, el capitán hizo llamar a la banda del regimiento. A su "Dixie" replicamos con "Yankee Doodle" y a "La Hermosa Bandera Azul " le siguió "Hail Columbia".

Pronto se agotó el repertorio patriótico y ambos grupos dieron paso a canciones populares entre la tropa. El enfrentamiento siguió hasta que, desde sus líneas, sonó "Hogar, dulce hogar" y los nuestros, en lugar de esperar y rebatirla, la secundaron. Entonces los soldados sumamos nuestras voces y, mientras duró aquella canción, todos fuimos uno, todos lloramos por igual. 

A las seis en punto sonó la corneta que daba inicio a la ofensiva y ya sólo se pudo escuchar la música de los fusiles, la percusión de los cañones y el coro de lamentos de los heridos. 

(Relato basado en un hecho real acontecido en la batalla de Stones River, 31 de diciembre de 1862)


   Concurso de bandas de música que se celebra actualmente en Murfreesboro, la ciudad donde tuvo lugar la batalla de Stones River.