lunes, 22 de junio de 2009

La Guerra del Pacífico III: Pearl Harbor

Finales de 1941.

El 7 de diciembre de 1941, a las 8 de la mañana, 353 aviones japoneses aparecieron sobre las islas Hawai para bombardear a la flota americana anclada en el puerto de Pearl Harbor. Habían despegado de una flota de seis portaaviones que llevaba semanas navegando hacia el archipiélago para lanzar el ataque.

Se dio la circunstancia de que ese día no había portaaviones americanos en la base y algunos especulan con que fueron retirados expresamente para protegerlos del ataque. Yo no creo tal cosa porque sí estaban los acorazados y entonces nadie se hubiera atrevido a decir que los acorazados era algo prescindible. Por algo se habían construído costa de un buen pellizco del PIB de la nación.

¿Qué era un acorazado? Era un barco enorme, fabricado con los cañones más potentes y el blindaje más grueso que fuera posible poner a flote, cuya función era la de destruir a los barcos enemigos a cañonazos. Y cuando digo "un barco enorme", me refiero a algo como esto:

¿Veis esas rayitas blancas a los lados y sobre la torreta? Pues son personas. Ahora comparad el tamaño de esas personas con el del barco entero, o mejor aún, con el de uno sólo de sus cañones. 
En la foto de abajo podéis ver uno de esos cañones disparando.

¿Sabeis por que ninguna de aquellas rayitas blancas está ahora en cubierta viendo los disparos? Sí, porque no es posible sobrevivir a la onda expansiva de sus propios disparos. Para tener una idea más clara, fijaos en como desplaza el agua a su alrededor.

Bueno, pues eso es un acorazado, y de esos había nueve en el puerto el día en que llegaron a Pearl Harbor los aviones japoneses.




























El ataque aéreo fue devastador. Ocho acorazados fueron puestos fuera de combate (cuatro hundidos y cuatro dañados) más otros trece barcos de diversas categorías, incluidos tres cruceros, que son los siguientes en tamaño a los acorazados. Murieron 2388 norteamericanos y 300 de sus aviones fueron dañados o destruidos en tierra. Los japoneses, por su parte, tan sólo perdieron 29 aeronaves.














 
El ataque a Pearl Harbor había sido un éxito…o no: porque desde el momento en que una flota de portaaviones había destruido a una flota de acorazados quedó demostrado que los acorazados no eran rivales para los portaaviones, así que el haberlos destruido dejaba de ser una ventaja decisiva. 

Además, el almirante japonés, al no tener noticia de donde estaban los portaaviones americanos decidió no arriesgarse y canceló la tercera oleada de ataque para darse la vuelta. Ese tercer ataque habría ido destinado a las instalaciones portuarias: almacenes, astilleros, grandes depósitos de combustible, etc. Al no llevarse a cabo Pearl Harbour pudo seguir operando como la base principal de los Estados Unidos en el Pacífico. Desde allí fueron reparados y reabastecidos docenas de barcos estadounidenses para que volvieran a enfrentarse a los japoneses, entre ellos los acorazados que fueron dañados ese día, e incluso unos cuantos que fueron hundidos y más tarde reflotados.

Por si fuera poco los nipones habían planeado entregar la declaración de guerra justo antes del ataque, pero los americanos hicieron esperar demasiado a su embajador y finalmente la agresión se produjo poco antes que la declaración de guerra, lo que supuso una ofensa para pueblo norteamiericano que se sintió atacado a traición: "El día de la infamia", lo llamaron. El pacifismo desapareció por completo de la sociedad y fue reemplazado por un enorme entusiasmo en pro del esfuerzo bélico. Roosvelt no podía haber imaginado nada mejor para conducir a su nación a la guerra.




Tras aquel ataque la flota japonesa era mucho más fuerte que la estadounidense, tanto en portaaviones como en barcos de cañones, pero la frase que se suele usar en este punto es la de que lo que había hecho Japón era despertar a un gigante dormido. Pronto veremos por qué.

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